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Apolo 11 launchPor Daniel Flores 

Durante siglos, e incluso milenios, los humanos hemos observado el cielo y los astros con nuestros propios ojos y con instrumentos ópticos. Realizamos descubrimientos asombrosos e inimaginables, replanteamos varias veces nuestra cosmovisión y fuimos descubrimos nuestro lugar en el Universo.

 

Aún hoy seguimos sin poder responder certeramente algunas de las preguntas más elementales sobre el Universo: ¿Cómo se originó todo? ¿Hay vida inteligente en otros planetas? ¿Cómo se formó la Luna?

Particularmente el Sol y la Luna son los astros más llamativos, por su luminosidad y gran tamaño aparente, en relación a los diminutos puntos estelares. La idea de ir hasta el Sol fue siempre, poco motivadora por el gran calor y luz que emite, y la omnipotencia que inspira, a tal punto que es imposible verlo directamente con los ojos. La Luna, en cambio, tiene un aspecto más frío, pacífico y femenino.

Cada una de las culturas que poblaron la Tierra, tuvo su propia visión del universo, su propia interpretación de lo que veían. La personificación de los astros, la mitología y la homocentricidad, fue siempre la idea fundamental de todos los sistemas de mundo, pensados desde el alba de la civilización hasta el Medioevo. Luego de la elaboración de la teoría heliocéntrica por parte de Nicolás Copérnico (1543), de la invención del telescopio (1609), de los grandes descubrimientos de Galileo Galilei y de los aportes de mentes brillantes como Johannes Kepler e Isaac Newton tuvimos que renunciar a todo lo que antes habíamos creído. Fue la hora en que humanidad se frotó los ojos y descubrió cómo era el Universo en realidad, o mejor dicho, descubrió cual era el camino a seguir para revelar sus secretos, mediante la aplicación del método científico.

En aquel tiempo de los forjadores de la astronomía moderna, nos dimos cuenta que la Luna no era una deidad, sino un satélite natural, que orbita alrededor de nuestro planeta. Ni el Sol el creador del Universo y de la Tierra, sino una esfera de gas, una estrella más, de miles de millones que existen en nuestra galaxia. Y las estrellas no eran faros o luces provenientes del paraíso, sino astros muy lejanos de la misma naturaleza que el Sol. Por esto, el Universo no perdió para nada su encanto místico, sino todo lo contrario. Comprender y admirar su complejidad e inmensidad, puede ser tan conmovedor que es difícil expresarlos con simples palabras.

De la fantasía a la realidad

La Luna resultó ser un astro de naturaleza similar a la terrestre, existen rocas y montañas; se la puede pisar y caminar sobre ella. Sabíamos que está lejos, pero como la imaginación del hombre no reconoce límites, no tardamos en pensar en ir hasta allá, explorar sus paisajes y mares, conocer su origen y sentir "como es estar ahí".

El escritor francés Julio Verne se atrevió a escribir una novela de ciencia ficción llamada "De la Tierra a la Luna", que cuenta en detalle lo que al fin y al cabo terminaría por ser realidad; nos estamos refiriendo, por supuesto, a la llegada del hombre a la Luna. Podemos decir, en cierta forma, que la aventura de este viaje llevado a cabo en el año 1969 comienza aquí, en esta novela.

Por supuesto que no sería nada fácil salir de este mundo, viajar por el espacio exterior, pasear en la Luna y volver para contarlo. Esta proeza es fruto de la unión de todos los saberes y de todas las ciencias. Pensemos que hubo que tener en cuenta todos los detalles, desde la cantidad exacta de combustible para el cohete que apartaría a los astronautas de nuestra atmósfera, hasta el alimento que ellos consumirían, pasando por la logística que se necesita para organizar semejante cantidad de tareas, la obtención de recursos financieros para la misión, la preparación física de los astronautas y muchas otras cosas más que se hacían por primera vez y que necesitaban constante y riguroso estudio. Pensemos que hubo que diseñar y probar en laboratorios sofisticados hasta el calzado que usarían para caminar en un suelo tan hostil como el lunar.

En las décadas de 1920, 1930 y 1940 naciones como URSS (Rusia), Estados Unidos y Alemania ya estaban creando tecnologías para fabricar lo que hoy llamamos cohetes; los artefactos que usamos para llevar al espacio diferentes instrumentos como satélites y sondas. Ciertamente la cohetería ya tiene antecedentes en el siglo 19, en Rusia, con modelos elaborados en forma teórica.

En octubre de 1957 Rusia alcanzo un grado de desarrollo tal que le permitió poner en órbita de manera exitosa el primer satélite artificial llamado Sputnik 1. Este hecho marca el comienzo de lo que históricamente llamamos "Carrera Espacial" o también "Era Espacia". Asombrosamente, tan sólo un mes después, lanzó el Sputnik 2, que llevaba a bordo a la famosa perra Laika, que fue el primer ser vivo enviado al espacio (no sobrevivió). Apenas 3 meses después EE.UU. lanzaba al espacio su propio satélite, el Explorer 1.

A partir de entonces las dos últimas naciones mencionadas competirían cabeza a cabeza en el desarrollo de la tecnología espacial. En el año 1961 el ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer humano en salir de la Tierra, a bordo del Vostok 1. Nuevamente, en el escaso intervalo de 23 días, Estados Unidos hizo lo propio con el astronauta Alan Shepard.

El hombre se iba asomando poco a poco al espacio y de este modo, la Luna se convirtió rápidamente en el principal objeto de estudio y exploración, apenas comenzada la era espacial.

Se desarrollaron varios programas (serie de misiones) para ello como ser el Luna (ruso), Ranger (estadounidense), Surveyor (estadounidense), Lunar Orbiter (estadounidense), y el famoso Apolo (estadounidense). El Luna 1 fue el primer objeto en pasar cerca de su objetivo. Previamente, hubo un número importante de misiones fallidas tanto de Rusia como de EE. UU.

El Luna 3 (1959) fue la primera sonda en fotografiar la cara oculta lunar, hasta entonces totalmente desconocida. El Surveyor 1 (1966) fue el primer artefacto en posar en la superficie con éxito, fotografiando e incluso analizando el suelo. En 1967 aconteció uno de los episodio más trágicos de exploración lunar: tres pilotos fallecieron durante una prueba del Apolo 1.

Apolo 11 modulo

Por fin, el 20 de julio de 1969, el Apolo 11 logra alunizar y dos de sus tres tripulantes, Neil Armstrong y Edwin Aldrin caminaron en la Luna, dejando las huellas de la mayor hazaña tecnológica que han logrado los seres humanos. Michael Collins quedó en órbita esperándolos para volver a casa. Un evento trasmitido a todos los televisores del planeta, alcanzando niveles de rating sin precedentes. Este hecho marca la cúspide de la carrera espacial y tiene su propio eslogan: "un pequeño paso del hombre, un gran salto para la humanidad".

Los relojes de Houston marcaban las 22.56 y el objetivo político de la misión se estaba cumpliendo. Estaría completo cuando aquellos tres embajadores de la Tierra regresaran a casa y contaran al mundo su hazaña, como quien cuenta una aventura de sábado a la noche. Más el objetivo científico, era mucho más amplio y era lo que verdaderamente atareaba a los astronautas: verificar los sistemas de la nave, recoger piedras, polvo del suelo, colocar instrumentos de medición y, como no podía faltar, plantar una bandera estadounidense.

Apolo 11 flag

De esta forma nuestro conocimiento sobre la geología lunar dio un salto gigante. Se despejaron algunas dudas sobre naturaleza física, pero aún no logramos reconstruir certeramente cómo fue su formación y su origen.

En 1972 el Apolo 17 logra concretar lo que hasta hoy es el último alunizaje tripulado. En 1975 Rusia envía el Luna 24, que vuelve con 170 gramos de roca lunar. Esta fue la última misión soviética a la Luna y marcó el final de la "Era dorada" de la exploración lunar. En total, doce astronautas pisaron la Luna. Todos estadounidenses,

En junio de este año, la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter, fue enviada por la NASA para descubrir si existe agua helada en los polos de la Luna. En lo que respecta a misiones tripuladas, siempre existió el interrogante de porque se suspendieron tan abruptamente. Lo cierto es que para que el hombre vuelva a la Luna hay que esperar unos 10 o 20 años. Estados Unidos y China son actualmente los dos únicos países que tienen intenciones de enviar un hombre a la Luna, en los plazos mencionados anteriormente.

Apolo 11 bota

El mayor logro técnico de la humanidad

A pesar del gran protagonismo de Estados Unidos en la puesta de humanos en la Luna, el mérito es propio de toda la raza humana, puesto que la tecnología espacial resulta de la evolución del ingenio humano que comienza cuando los primeros hombres en la Tierra aprendieron a tallar la piedra para crear herramientas primitivas. Además, tal como dijo Armstrong en sabias palabras "Representamos no solo a los Estados Unidos, sino también a los hombres de paz de todos los países". Esta hazaña es un gesto de la naturaleza pacifista que nos ha dejado enormes beneficios, no apreciables a simple vista, como ser grandes avances en las telecomunicaciones, en el estudio del cuerpo humano, en la microelectrónica, y en disciplinas científicas y sociales como la Astronomía, la Geología, la Química, la Biología, la Geopolítica, la macroeconomía de las naciones y hasta en la Filosofía. También es una demostración de la asombrosa y maravillosa capacidad que tenemos los seres humanos, de convertir en realidad los pensamientos y la imaginación.

 

Apolo 11 eagle