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"¿Cómo imaginar una distancia de diez mil millones de años luz? El planeta se encoge a medida que el universo afirma su dimensión. Nosotros que pensábamos que la tierra era el mundo entero, descubrimos que ni siquiera representamos un grano de arena en esta playa sin fin que es el universo."

"El universo es inasible, pero es idéntico a nosotros, esta compuesto de la misma materia que la nuestra, las mismas partículas elementales y los mismos átomos. Lo que parece perdido en la distancia, en un espacio desmedido, se reencuentra en la intimidad" (Ikram Antaki, poetisa mexicana).

La Astronomía como ciencia exacta, basada en las más estrictas fórmulas matemáticas y postulados físicos, sin embargo, curiosamente, tiene relación con el arte más que con otras ciencias.

Y podemos ver a las estrellas como esferas de gas, hidrógeno y helio, en permanente combustión, pero ¿por qué no soñar que alguna vez pudieron ser cobijadas por nuestras manos?

Aunque científicamente no sea correcto hablar de la danza de las estrellas en torno al centro galáctico, al choque suave de las mismas que apenas "acarician" sus soles.

La fascinación por la Luna, la curiosidad que provoca conocer a qué distancia está de nuestras manos..., eso nos permite soñar con alcanzarla, "bajar la luna" como ofrenda del más puro amor.

¿Para qué buscar más relación entre el Cosmos y nosotros?

La relación ésta, está en la emoción que nos causa llevar nuestros ojos hacia el cielo, observar qué inmenso, perfecto e inimaginable es.

Siempre ha estado allí..., aún antes que nosotros, pero siempre con nosotros, a lo largo del tiempo, haciéndonos soñar con planetas y su música y una buena noche, abrazándolo todo, con una mirada...., con una simple mirada.

Soñar, ¿dejar vagar la imaginación?, reflexionar con tranquilidad...dicen otros, en la vida hay que dejar un tiempo para soñar.

¿Soñar despierto?, ¿imaginar como existente algo que en realidad es irreal?

Quizás haya sido un sueño, que no tuvo consistencia; quizás el cielo era tan inalcanzable que lo único que se podía hacer era soñar....

El arte, la música, la ciencia, están relacionadas; la Astronomía está inmersa en otras ciencias que nos permiten soñar con lo inalcanzable....

La Astronomía y el Arte

Sin duda una de las más llamativas es una serie de óleos del pintor Donato Creti titulado "Observaciones Astronómicas" que se encuentra en la Pinacoteca de los Museos Vaticanos. Creti era un pintor de la escuela boloñesa nacido en 1671. Por encargo del conde Luigi Marsili realizó una serie de cuadros en 1711 que mostraban el aspecto de los planetas vistos al telescopio. Faltan Urano, que se descubriría 70 años después y lógicamente también faltan Neptuno y Plutón. La serie está formada por ocho lienzos de formato pequeño que describen el sistema planetario conocido en aquel entonces: el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno y un Cometa. La intención del conde era regalar los cuadros al papa para convencerlo de la necesidad de crear un observatorio astronómico.

Luna

 

El cuadro que representa la Luna es éste, se pueden observar los mares principales y el cráter Tycho, además se advierte que la luna está representada de forma invertida, al igual que la imagen que da el telescopio:

 

 

 

 

Saturno

 

Los más curiosos son los de Júpiter y Saturno, parece que el pintor recibió instrucciones acerca de qué pintar pero viendo la imagen de Saturno da la impresión de que nunca acercó el ojo al telescopio para ver al majestuoso Señor de los Anillos.

Los planetas están pintados según se observan al telescopio, en el cuadro de Júpiter es apreciable la Gran Mancha Roja y los cuatro satélites galileanos, debajo de cada planeta hay diversos personajes con distintos instrumentos astronómicos y vestidos a la usanza del s. XVIII en un bucólico paisaje.

Vaticano

El regalo permitió lograr el objetivo, ya que con el apoyo de Clemente XI (pontífice desde 1700 hasta 1721) fue inaugurado poco después en Bolonia el primer observatorio astronómico público de Italia. Posteriormente el Vaticano abrió su propio observatorio astronómico, la conocida Specola Vaticana. Desde las ventanas del museo es posible ver uno de los observatorios:

La astronomía en la literatura

La literatura, etimológicamente y en su acepción más amplia, significa perteneciente a las letras; y en este sentido abarca ella lo mismo las obras poéticas y oratorias, que las de medicina, astronomía y matemáticas.

En la edad media se acostumbraba relacionar los sucesos del cielo supersticiosamente para mala o buena fortuna o como señales divinas.

También hay referencia de Shakespeare al cielo nocturno, por ejemplo en la obra ‘Julio César' hay una parte que dice: "Cuando mueren los pobres no aparecen cometas. Los cielos centellean por la muerte de los príncipes" y también el personaje principal dice: "Pero yo soy constante como la estrella Polar que no tiene parangón en cuanto a estabilidad en el firmamento."

Está claro que los versos de Shakespeare son un anacronismo pues en su época a de la Osa Menor era la Polar, pero no en la época de Julio César donde el polo norte no apuntaba a ninguna estrella.

La concepción ptolomeica del Cosmos prevaleció durante catorce siglos, y en la más alta obra literaria del Medioevo:

En La divina Comediaf no escasean las referencias. Así, por ejemplo, en el canto segundo del Infierno, versos 76 a 78, Dante llama a Beatriz -según la traducción en prosa de Arturo Cuyás de la Vega- "Mujer de singular virtud, por quien el hombre supera en dignidad a todas las criaturas que moran bajo el cielo del círculo más reducido", el de la Luna.

Y en el canto XI del Purgatorio, versos 106 a 108, dice el poeta que mil años, comparados con la eternidad, son menos aún que un parpadeo respecto al movimiento del círculo celeste que más lentamente gira, o sea el de las estrellas fijas, que -lo asienta en Il Convivio-, tarda 360 siglos en completar una vuelta en torno a la Tierra.

El Quijote y la Astronomía

[...]dilátelo a lo menos hasta la mañana, que, a lo que a mí me muestra la ciencia que aprendí cuando era pastor, no debe de haber desde aquí al alba tres horas, porque la boca de la bocina está encima de la cabeza y hace la media noche en la línea del brazo izquierdo.

- ¿Cómo puedes tú, Sancho -dijo don Quijote-, ver dónde hace esa línea, ni dónde está esa boca o ese colodrillo que dices, si hace la noche tan oscura, que no parece en todo el cielo estrella alguna?

Astronomía en el Arte

La Astronomía ha impregnado el arte de la pintura, consciente o inconscientemente para el artista, desde tiempos muy remotos. Sea por la fascinación que los astros ejercen en el ser humano, por el interés científico que despertaron o por motivos religiosos, los ejemplos de obras en las que fenómenos y objetos astronómicos aparecen representados son muy numerosos.

Hay tantas maravillas, tantas obras fascinantes, que la selección de una muestra reducida no es tarea sencilla. Este breve compendio hace un recorrido por una variedad de objetos y fenómenos astronómicos plasmados en obras de arte creadas en diferentes siglos y países, a través del tiempo y del espacio.

Para cada obra se aporta una breve descripción sobre su contenido astronómico, el contexto en el que fue creada, unas pinceladas sobre la vida del artista y algunos detalles curiosos.

Creacion

 

 

 

La creación del mundo y de los astros, Hartman Schedel (1493), Crónicas de Nuremberg

 

Hartmann Schedel (1440-1514) fue humanista, doctor e historiador alemán. Su obra más conocida son las Crónicas de Nüremberg. Se trata de un libro incunable ilustrado de la historia del mundo, que está dividida en siete épocas desde la creación hasta el Apocalipsis. El reciente invento de la imprenta por Guttemberg (aproximadamente en 1444) permitió editar numerosas copias de esta gran obra.

En ella se ilustran admirablemente la creación del mundo y los siete días iniciales del relato del Génesis. En el grabado de la imagen se representa una de las fases de la creación. En el cuarto día Dios crea los astros.

Génesis 1,14-19:    (14) Dijo luego Dios: «Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche, y servir de señales a estaciones, días y años; (15) y luzcan en el firmamento de los cielos, para alumbrar la tierra». Y así fue. (16) Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y la estrellas; (17) y los puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra (18) y presidir al día y a la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios ser bueno, (19) y hubo tarde y mañana, día cuarto.

La esfera celeste está dividida en capas. La Tierra ocupa el centro y por tanto la interpretación es ptolemaica. El Sol, la Luna, los cinco planetas conocidos entonces y las estrellas ocupan diferentes esferas. La más externa es el ‘Primum Mobile', que regulaba el movimiento de todas las esferas interiores.

Se utilizaron unos 650 bloques de madera para hacer los más de 1800 grabados de esta obra, basados en dibujos realizados por diferentes artistas (Durero entre ellos). Una de las maravillas del libro es que aparecen por primera vez mapas de países y ciudades que no habían sido cartografiados nunca.

Huida 

 

 

Huída a Egipto
Adam Elsheimer (1609)
(Alte Pinakothek, Munich, Alemania) 

Adam Elsheimer, pintor alemán de finales del s. XVI y principios del XVII, ilustra en sus obras historias tomadas de la literatura clásica y de la Biblia. En este cuadro, que pintó en Roma en 1609, representa la huída a Egipto de la Sagrada Familia.

En la izquierda de la escena pueden verse dos pastores y sus animales junto a una hoguera.

El artista logra representar el cielo estrellado con gran maestría. No sólo se aprecian multitud de estrellas y varias constelaciones, si no que por primera vez aparece en una obra de arte una representación realista de la Vía Láctea, resuelta en innumerables estrellas individuales. Esto ha despertado un interesante debate sobre si Adam Elsheimer conocía o no los trabajos de Galileo. Recordemos que este cuadro se realizó el mismo año en que Galileo apuntó su telescopio por primera vez al cielo. Como resultado de estas observaciones, descubrió entre otras cosas que la Vía Láctea está formada por incontables estrellas, como Elsheimer representa en su cuadro.

Adoracion

 

 

La adoración de los Reyes Magos
Giotto di Bondone (1304) - Capilla de la Arena (Padua, Italia)

 

Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos 2diciendo: « ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella al Oriente y venimos a adorarle.» (Mateo 2, 1-2).

Más conocido como Giotto, fue un notable pintor y arquitecto italiano nacido en 1266 o 1267. Sus obras son de carácter fundamentalmente religioso.

En esta obra el autor representa la Adoración de los Reyes Magos. Encima del pesebre se aprecia la Estrella de Belén, que en la iconografía católica representa la guía que condujo a los Reyes hasta el lugar del nacimiento de Jesús. La Estrella tiene forma de cometa (con cabeza y cola). A menudo se ha especulado sobre la posibilidad de que éste fuera el cometa Halley, que posiblemente Giotto vio en 1301. Sin embargo, existen muchas dudas sobre la validez de esta interpretación.

La Agencia Espacial Europea (ESA) rindió homenaje a este artista dando su nombre a la misión no tripulada que estudió el cometa Halley en 1986.

Astronomía y Música

La palabra música tenía un significado más amplio en la antigua Grecia que en la actualidad. En la mitología, las Musas eran nueve diosas hermanas protectoras de las artes y las ciencias: Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope. Euterpe era la protectora de lo que hoy llamamos música; Urania, de la astronomía. Las otras musas protegían diversas formas de poesía y danza. La música era inseparable de la poesía y, como veremos, también de la astronomía.

Las enseñanzas de Pitágoras (ca.570-497AC) incluían la aritmética y la música en forma conjunta. La aritmética permitía la comprensión del ufniverso físico y espiritual, en tanto que la música era un ejemplo de la armonía universal. Recíprocamente, Arquitas (428-347AC)2 describía la matemática como integrada por el estudio de la astronomía, la geometría, la aritmética y la música. Su contemporáneo Platón (427-347AC), en su República hace una subdivisión parecida. Más adelante estas cuatro ramas pasarán a conocerse como el quadrivium. [Hundt, F. "Origins in Acoustics", Acoustical Society of America. Woodbury, 1978]

Aunque los pitagóricos formaban una especie de cofradía secreta que guardaba celosamente sus posturas filosóficas, por lo cual no dejaron registros escritos de sus teorías y descubrimientos, las crónicas de seguidores y detractores permiten reconstruir parcialmente sus ideas. Así, Aristóteles (384-322AC) explica, en tácita referencia a la escuela pitagórica, que "algunos pensadores suponen que el movimiento de los cuerpos celestes debe producir un sonido, dado que en la Tierra el movimiento de cuerpos de mucho menor tamaño produce dicho efecto. Afirman, también, que cuando el sol, la luna y las estrellas, tan grandes y en tal cantidad, se mueven tan rápidamente ¿cómo podrían no producir un sonido inmensamente grande? A partir de este argumento y de la observación de que sus velocidades, medidas por sus distancias, guardan igual proporción que las consonancias musicales, aseveran que el sonido proveniente del movimiento circular de las estrellas corresponde a una armonía." [De Caelo, Libro II.9, de Aristóteles. Citado por Hundt, F., op. cit.]

Se trata de la denominada música de las esferas o armonía de las esferas, comentada también por Platón en La República. Al parecer, el hecho de que dicho sonido no se escuchara era resuelto por Pitágoras mediante el argumento de que al ser un sonido permanente desde el mismo instante del nacimiento, no era distinguible del silencio.

Aristóteles ridiculiza esta teoría sin proponer una más creíble. La teoría de la música de las esferas sobrevivió casi 20 siglos, es decir, hasta la época de Kepler, quien se haría eco de la misma a raíz de sus descubrimientos en astronomía. [No es inverosímil la existencia de sonidos en la materia interestelar del espacio exterior, debido a que ésta forma una especie de gas sumamente tenue. Sin embargo, la gran diferencia de impedancia acústica entre ese gas y la atmósfera terrestre harían despreciable la energía acústica transmitida hacia la superficie terrestre.]


Planetas 

Ayer Plutón perdió su lugar en el Olimpo de los planetas. Pero incluso su influencia cultural ha sido siempre escasa. Como muestra, veamos un ejemplo en la excelente y conocida obra musical de Holst.

HolstLos Planetas, de Gustav Holst, se estrenó públicamente en Londres en 1919. Mezcla de suite y de poema sinfónico, su gran difusión se debió probablemente a la temática mística y cosmogónica que tanto interesaba al compositor. El orden de las piezas obedece a la ley del contraste expresivo, repartiendo en siete planetas las sensaciones que intenta transmitir: Marte - la guerra, Venus - la paz, Mercurio - el mensajero alado, Júpiter - la alegría, Saturno - la vejez, Urano - el mago, y Neptuno - el místico. De esta manera, la obra no aspira tanto a representar al sistema solar que a principios del s. XX se consideraba como referencia, como a explotar musicalmente los significados esotéricos asociados a ciertos planetas en el imaginario popular. Plutón, descubierto en 1930, no aparecía entre los mismos. Pero por su cercanía y falta de misterio, tampoco la Tierra mereció un lugar en la obra del músico.

La "respiración del universo" que según los antiguos filósofos estaba representada en la música de las esferas, se intenta evocar, por ejemplo, en el místico Neptuno, mediante el uso de armónicos en violines y flautas; la violencia de la guerra, elegida para el inicio, será un conjunto de percusiones siguiendo ritmos irregulares. Lo que logra Holst en Los Planetas es la recreación de un clima, un ambiente, una conexión sonora evocadora de espacios siderales. El programa preestablecido de estados anímicos astrales ha sido sin duda parte fundamental del triunfo de la obra entre crítica y público, ayudado también por los "recuerdos" a melodías de Dukas, Berlioz, Rimsky-Kórsakov, D'Indy o Stravinsky, que se desgranan entre planeta y planeta. La actitud de Holst cuando compuso esta obra, sin embargo, no era sólo la de un curioso, sino la de un activo e interesado participante en dichas creencias.

Iniciada en 1914, fue finalizada durante la Primera Guerra Mundial, a pesar de que sus poderosas imágenes de violencia nunca tuvieron relación con el evento, según el autor. Holst era un gran aficionado a la astrología, y reconoció que la idea había sido alentada tras un encuentro fortuito con Clifford Bax durante un viaje por España en 1913. Con él conversó acerca de astronomía y de la -supuesta- influencia de los astros en la vida de los seres humanos. No cabe duda de que, en dicho encuentro la astrología predominó sobre la astronomía, ya que más que reflejar el sistema solar, la música de Holst se asocia con el esoterismo de los signos zodiacales. Acaso sea esa la clave del éxito que acompaña a su obra desde entonces, incluso hasta hoy.

Historia de la Música de las Esferas

Pitágoras consideraba que la esencia última de la realidad se expresaba a través de números. Los números eran el medio para percibir lo que de otra forma podría permanecer inalcanzable tanto para el intelecto como para los sentidos. A Pitágoras se le ha atribuido el descubrimiento de las proporciones de los principales intervalos de la escala musical. Para sus seguidores, los pitagóricos, las distancias entre los planetas -las esferas- tenían las mismas proporciones que existían entre los sonidos de la escala musical que eran considerados entonces como "armónicos" o consonantes. Cada esfera producía el sonido que un proyectil hace al cortar el aire. Las esferas más cercanas daban tonos graves, mientras que las más alejadas daban tonos agudos. Todos estos sonidos se combinaban en una hermosa armonía: la música de las esferas.

Para Platón, el mundo era concebido como un gran animal dotado de un alma propia. En el Timeo, uno de sus diálogos, afirma que el alma del mundo se había hecho de acuerdo a las proporciones musicales descubiertas por Pitágoras. En otro de sus diálogos, La República, relata el mito de Er, un guerrero que murió y resucitó después de unos días. Er había visto el universo durante su muerte temporal, y describía a los planetas como una serie de círculos que giraban en órbitas concéntricas.

Según Er, encima de cada uno de los círculos iba una Sirena que daba también vueltas y lanzaba una voz siempre del mismo tono; y de todas las voces, que eran ocho, se formaba un acorde. Había otras tres mujeres sentadas en círculo, cada una en un trono y a distancias iguales; eran las Parcas, hijas de la Necesidad, vestidas de blanco y con ínfulas en la cabeza: Láquesis, Cloto y Átropos. Cantaban al son de las Sirenas: Láquesis, las cosas pasadas; Cloto, las presentes, y Átropos las futuras.

No todos los pensadores de la antigüedad creyeron en la música de las esferas. Aristóteles, en su libro Del Cielo, negó la existencia del universo sonoro propuesto por Platón: "La teoría de que el movimiento de las estrellas produce la armonía, es decir, sonidos que revelan una concordancia, a pesar de la gracia y la originalidad con que ha sido presentada, no por ello deja de ser falsa"

Sin embargo, las ideas que tuvieron la mayor influencia fueron los mitos de Platón, mencionados anteriormente. Así, pensadores como Cicerón, Arístides, Quintilianus y Tolomeo apoyaron la teoría de la música de las esferas.

La creencia en algunas religiones de la existencia de ángeles en el universo junto con la música de las esferas dio origen a lo que se conoció como "música celeste". Esta era la música producida por los ángeles que se representó en muchas obras de arte de la Edad Media y del Renacimiento.

Para su concepción del universo, Kepler se apoyó en los mitos de Platón y en el sistema de Copérnico que planteaba que el Sol era el centro en torno al cual giraban los planetas. Kepler postulaba que el modelo del universo estaba basado en la geometría: entre las órbitas de los seis planetas conocidos (Saturno, Júpiter, Marte, Tierra, Venus y Mercurio) estaban inscritos los cinco sólidos perfectos mencionados por Platón (cubo, tetraedro, dodecaedro, icosaedro y octaedro)

KeplerModelo del universo según Kepler

Kepler estudió cuidadosamente las órbitas de los planetas para establecer una relación entre el movimiento de estos cuerpos celestes con la teoría musical a la que se refirió como de Tolomeo, pero que había sido planteada por Gioseffo Zarlino. Finalmente, en su libro Harmonices Mundi, postuló que las velocidades angulares de cada planeta producían sonidos consonantes.

Asumida esta creencia, escribió seis melodías: cada una correspondía a un planeta diferente. Al combinarse, estas melodías podían producir cuatro acordes distintos, siendo uno de ellos el acorde producido en el momento de la creación y otro el que marcaría el momento del fin del universo.

 
 
Melodías de los planetas

La música de las esferas ha apasionado desde siempre a los estudiosos del Universo. Para los pitagóricos, los tonos emitidos por los planetas dependían de las proporciones aritméticas de sus órbitas alrededor del sol, de la misma forma que la longitud de las cuerdas de una lira determina sus tonos. Las esferas más cercanas producen tonos graves, que se agudizan a medida que la distancia aumenta.

Melodias


Prof. Marta Santos

Charla presentada en la Quinta Once Varas de San Miguel, el sábado 27 de septiembre de 2008, en el marco del Festival de la Luz, organizado por la Alianza Francesa.


Algunas fuentes:

"A la vuelta del milenio" Ikram Antaki (Frases del comienzo)
"Arte astronómico", blog El beso en la Luna, Paco Bellido, (
http://mizar.blogalia.com/historias/24396)
"Sociedad Astronómica Julieta Fierro Gossman A.C.", México (
http://www.sajfierro.org/actividades/extras/astronomia_en_la_literatura.htm)
"El Quijote y la Astronomía" AIA-IYA2009 España (
http://www.iaa.es/IYA09/index.php/es/para_abrir_boca/multimedia)
"Astronomía en el arte" AIA-IYA2009 España (
http://www.iaa.es/IYA09/index.php/es/para_abrir_boca/articulos/astronomia_en_el_arte__1)
"La música de las esferas" Federico Miyara, Sector Matemática, Chile (
http://www.sectormatematica.cl/musica/esferas.pdf)