Sin duda, el eclipse del 2 de julio de 2019 fue uno de los eventos más esperados no sólo del año sino de la década y, para algunos, de la vida. En esta nota exponemos las fotos sacadas por los amigos de EnDiAs con sus propios equipos.
En un artículo anterior desarrollamos las causas de un eclipse del Sol y los datos claves del evento: CLIC AQUI
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Todas las imágenes que aquí aparecen son de producción propia. Como muchos tuvieron la posibilidad de viajar hubo cobertura fotográfica a lo largo de toda la banda de totalidad que posibilitó este gran compilado de imágenes.
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Cabe destacar que muchos amigos de EnDiAs que no sacaron fotos, manifestaron haber contemplado el evento desde sus localidades. Otros tantos no pudieron por motivos laborales o de salud. Otro número importante, aunque suene terrible escribirlo, no pudieron ver nada por las condiciones climáticas; en el A.M.B.A. el cielo estuvo muy nublado. Aún así, hubo ventanas de cielo en algunas localidades que permitieron obtener fotos impresionantes.
Detrás de cada imagen hay una historia, grandes momentos, emociones, sentimientos, muchas cosas para contar… Se podría escribir un libro entero de relatos y vivencias. En algunas fotos esas historias resultan imprescindibles e inseparables y por eso se transcriben junto a ellas.
En el mapa que sigue, se muestra la distribución de los astrofotógrafos a lo largo de la banda de totalidad, configurada por el paso de la sombra de la luna nueva en la superficie terrestre, motivada, a su vez, por la rotación terrestre.
Antonella en Bella Vista, San Juan
Una voz que diga “una imagen dice más que mil palabras” quedaría como una expresión obsoleta y falaz en esta nota. Y pasa muchas veces en las instantáneas capturadas por aficionados, sin despreciar para nada las horas de trabajo y las capacidades técnicas de los actuales equipos. Hablamos en realidad de la profunda admiración por los fenómenos cósmicos que no se pueden expresar en bytes.
Desde, según la opinión de una gran mayoría, la zona más favorable de la banda de totalidad en Argentina, Antonella tuvo el privilegio de vivir, con este evento, un momento inolvidable de su vida, retratado en su impresionante relato:
“Llegamos a un lugar hermoso, con la precordillera de fondo. Había música, arte, mucha camaradería y gente emocionada por todos lados. El lugar fue acondicionado para el evento. Regalaron los anteojos y teníamos resguardo del sol, el cual era muy fuerte, al punto de que andaba de musculosa. La música ambientaba todo, era simplemente maravilloso”.
“Al momento del eclipse estábamos todos callados y estallaron en risas, gritos y llantos. El hecho de ver algo que a priori era totalmente extrañísimo me descolocó totalmente. Me sentí en un sueño maravilloso. Era algo salido de una película de ciencia ficción. La emoción me embargó totalmente y por fin se había cumplido mi sueño. Un sueño que imaginó una nena de 11 años hace 17 años. Una nena que se anotó una fecha para no olvidar asistir al eclipse de julio de 2019”.
Observando el Sol con anteojos para la ocasión
Totalidad en San Juan con la cámara de un celular
Sebastián en Nono, Córdoba
En un instante de la dinámica de nuestro universo, desde un remoto punto azul casi sin importancia alguna de no ser porque parte de la materia está transformada en conciencia, un aficionado al cielo describía un fenómeno absolutamente desconocido en su propio sistema solar y quizás inimaginable en la mayoría de los mundos de nuestra galaxia. El eclipse de Sol lo vivió así:
“Hoy todos estuvimos unidos por un apoteósico e inenarrable fenómeno astronómico. Un evento único en el universo que podemos observar simplemente por vivir en este planeta. Pienso en el profundo agradecimiento que le tengo a la ciencia astronómica, a las ciencias de la atmósfera y al arte de la fotografía, que teniendo conocimiento de ellas, pude estar en este lugar, observar este acontecimiento y fotografiar este fenómeno de manera que pueda quedar grabado en mi mente y en una foto”.
“Tengamos siempre presente que somos humanos habitando un único y diminuto punto azul en la infinidad del universo. Les regalo y declaro esta fotografía como patrimonio de la humanidad:”
“En los segundos finales antes y después de la totalidad, una serie de puntos blancos brillantes de luz solar conocidos como perlas de Baily, nombrados en honor al astrónomo Francis Baily o Anillo de Diamante, aparecen en torno al borde de la silueta de la Luna. Esta joya de espectáculo se forma por la luz solar que se filtra por los profundos valles y cráteres en el borde del disco lunar. Los observadores pueden esperar que cada una de estas deslumbrantes perlas duren solo una fracción de segundo antes de desaparecer, y a continuación el Sol se oscurecerá por completo”.
Totalidad desde el oeste de la provincia mediterránea
Nancy y Malena en Merlo, San Luis
El cono de sombra lunar seguía su ruta por los paisajes puntanos y durante algunos segundos, todas las atenciones de aquellas latitudes convergieron en la luna nueva, que en la tarde no quiso pasar inadvertida y desafió la poderosa omnipresencia solar. En una experiencia familiar, Nancy y Malena, madre e hija y alumnas egresadas de EnDiAs, a sabiendas de los planes de nuestro satélite natural para esa fecha, se prepararon como espectadoras en primera fila. Aquí una escena captada por celular:
Totalidad desde Merlo, San Luis
Omar y José en Villa Yacanto, Córdoba
Omar fue contratado de forma privada como guía para un evento organizado por el municipio local. José lo acompañó y fue una excelente oportunidad para observar y registrar el eclipse de forma conjunta. Dos amigos de EnDiAs que nos tienen acostumbrados a trabajos impresionantes, dejaron asombrosos testimonios visuales para el deleite. Un verdadero manjar para la vista:
Disco solar con filtro, antes del eclipse
Esperando que la Luna empiece a ocultar al Sol
Sierras y eclipse
Momento del máximo
Secuencia armada por José, con imágenes propias
Solarigrafía capturada con una cámara estenopeica
Cristian, en Venado Tuerto, Santa Fe
El sur de la Provincia de Santa Fe también formaba parte de la ruta de la sombra lunar. Avanzando, inevitable, alevosa e imparable, venía haciendo estragos desde el oeste del territorio nacional, atizando emociones e inmortalizándose en miles y miles de megabytes en artilugios fotográficos de todas las gamas... Y los ojos de EnDias también estaban allí. En horas del atardecer, como si fuera un cazador, Cristian esperó su inminente paso y su cámara esto nos contaba:
Las nubes aquí jugaron un rol artístico
Eclipse y paisaje
Daniel y sus alumnos de Astronomía Moderna en Junín, Buenos Aires.
Conforme se avanzaba hacia el este, la totalidad se producía más cerca del horizonte. En Junín se encontraba un grupo de EnDiAs. Allí, la experiencia fue tan vasta que uno de sus protagonistas, Daniel, profesor de Astronomía Moderna, narró una nota especial y muy completa que se puede leer en este mismo sitio:
http://web.endias.com.ar/index.php/293-eclipse-solar-total-en-junin-2019
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En Capital y el Gran Buenos Aires
Y por fin la sombra de Selene llegaba a la gran ciudad… Pero ya en los suburbios, y desde tempranas horas, se advertía que lo vivido en el interior del país no se replicaría en la megalópolis porteña. Toda una jornada de densa nubosidad demostró empíricamente a los aficionados que los mayores enemigos de la observación del cielo nocturno lo son igualmente de día. Y como si de una ciencia se tratara, las leyes de Murphy se cumplían a rajatablas; en el día anterior (y en el posterior) no había nubes… A la baja altura a la que se producía el eclipse en esta zona se sumaba el mal tiempo. Aún así, y a modo de guiño cómplice, el atardecer abrió, en algunas localidades, pequeñas ventanas de cielo que permitieron contemplar partes del esquivo eclipse, a esa altura de las circunstancias, disfrutado como un trofeo obtenido en el último minuto de la competición, cuando ya todo parecía perdido.
Natividad en Merlo
Desde Merlo, en el borde mismo de la banda de la totalidad, Natividad desafiaba a un cielo nublado que no estaba dispuesto a hacérsela fácil. Y a modo de “por acá no pasas” las nubes apenas si permitían contemplar algunos rayos solares de a ratos, quizás apropósito, para paralizar a la observadora con la sensación de resignación e impotencia. Pero con la templanza forjada por años de afición ella no claudicó y hasta incluso filmó el evento con la ayuda de un filtro, para poder capturar después las mejores imágenes. Un excelente trabajo para una presión tan extrema:
Dos imágenes: Sol parcialmente eclipsado entre las nubes.
Y por si el relato anterior suena a fantasía, incluso una escena capturada del video nos muestra el rostro de aquella entidad que parecía querer devorarse al eclipse de un bocado, delante de los observadores, como una muestra de poderío…
Pareidolia: una cara que parece comerse al Sol
La imagen anterior muestra una pareidolia, un fenómeno psicológico que consiste en ver patrones reconocibles (en este caso una cara) en donde realmente no existen.
Irene en San Miguel
Un poco más al norte, en San Miguel, la situación no era para nada mejor. El eclipse transcurría tras las nubes y nada se podía hacer. Irene estaba con su equipo en la terraza de uno de los edificios más altos de la zona. Los márgenes de maniobra eran nulos porque el cielo cuasi cubierto no dejaba pasar ni un rayo. Del máximo sólo se apreció el oscurecimiento del cielo. Y sólo después de este momento las nubes bajaron la guardia y el eclipse dejó de ser arcano y se reveló, como si fuera una escena onírica, magnificente y hasta incluso arrogante, en lenta bajada sobre un profundo horizonte que obraría de telón. Mientras, las luces de la ciudad terminaban de encenderse, anunciando que el show terminó y que todo volvería a la normalidad.
Eclipse tras las nubes; Esta escena se repetiría en todo el Gran Buenos Aires
Luego del máximo el eclipse aparece
Luna destapando al Sol
Patricia y Daniel en Moreno
En el oeste profundo también se vivieron momentos de intriga extrema, que impedían que la resignación clavara bandera y, en cambio, terminarían canalizándose en un súbito jolgorio. Contó Daniel:
“La idea original era observarlo con Patricia y su hijo (Guille). Durante el día, la gente de Somos Noticias Oeste me llamaron para preguntarme si íbamos a hacer alguna actividad pública a los cual le respondí que sólo íbamos a hacer observaciones particulares. Les conté que iba a ir al puente peatonal de la estación Moreno a verlo y me pidió hacer una nota mientras observábamos. A lo que respondí que si.
En seguida llegaron los periodistas. En el lugar me encontré además con mi amiga Alejandra, que también fue alumna de los cursos e iba a ver el eclipse. Luego llegó Patricia con Guille y un amiguito de él. Me hicieron la nota en tramos. Estaba todo nublado y técnicamente no había muchas expectativas. Aún así se empezó a juntar gente muy entusiasmada. Entre la multitud tres observadores llamaban la atención, tenían anteojos para eclipses. Eran tres estadounidenses turistas que vinieron a Moreno exclusivamente para ver el eclipse.
En un momento, unos minutos antes de la totalidad, apareció el sol eclipsado y todo fue algarabía. Entre la multitud rotaban los vidrios oscuros. Muchas fotos y niños (y no tanto) entusiasmados. Hasta los policías que estaban de servicio abajo subieron a mirar. La cámara grande llamaba la atención e hicieron notas a la gente.
Se hizo de noche y el asombro era máximo como el momento del eclipse. Volvió la luz natural y el Sol ya no estaba. Las nubes preparaban otro espectáculo. Mientras cerraba la nota transcurría un atardecer de cuento, muy colorido ¡Y con rayos crepusculares que se movían! La inicial resignación muto en una fiesta. Fue la coronación de un gran trabajo previo hecho para difundir este evento para que todos lo pudieran disfrutar”.
Estos testimonios visuales recolectó Patricia:
Sin lugar a duda el evento más movilizador para EnDiAs en los últimos años, reflejado en el enorme despliegue de sus aficionados a lo largo de toda la banda de totalidad y nuestra aparición en los medios. Para muchos fue su primer eclipse total de Sol. En 2020, en poco más de un año, tendremos otra oportunidad de maravillarnos con un evento igual, otro eclipse de Sol. Demasiados afortunados de vivir en este punto azul...
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