Por Daniel Flores
El 23 de septiembre se cumplen 163 años desde el descubrimiento del planeta Neptuno, realizado en el año 1846. El descubrimiento de este astro encierra una historia muy compleja que aún hoy los historiadores discuten.
Neptuno fue el primer astro descubierto matemáticamente, mediante lápiz y papel. Hasta ese momento los descubrimientos se realizan exclusivamente mediante la observación por telescopio, pero para esa época la matemática alcanzó un grado de desarrollo tal que la "mecánica celeste" (cálculo de los movimientos y posición de los astros) se consolidó como una rama de la Astronomía.
Anteriormente, más precisamente en 1705, Edmund Halley había predicho con éxito que para 1758 retornaría el cometa que hoy lleva su nombre a modo de homenaje, basándose en registros históricos, que él consideraba acertadamente que referían al mismo cometa, y a la teoría de la gravitación universal de Isaac Newton.
En 1786 William Herschel había descubierto accidentalmente Urano, mientras realizaba observaciones de rutina en su propia casa. Ya en ese entonces se sabía con exactitud el movimiento de los planetas, de modo que se podía saber sus posiciones no sólo del momento, sino también del pasado y del futuro.
Pero Urano no obedecía a las tablas elaboradas por los astrónomos, sino que su recorrido era impredecible. De este hecho nació la idea de que algo perturbaba a Urano, algo que, o era muy grande o estaba muy cerca. Otros aludieron a que en realidad la teoría universal de Newton no era tan universal como se creía y entonces no se podía calcular su posición.
En 1845, Francois Arago, Director del Observatorio de París, encargó a Urban Le Verrier, un matemático francés, la tarea de buscar matemáticamente el astro que perturbaba a Urano. Un año después termina sus cálculos pero como no tenía medios para observar, le envió una carta a Johann Galle, un astrónomo del Observatorio de Berlín.
La noche del 23 de septiembre, Galle comenzó su búsqueda junto con Heinrich d´Arrest, un estudiante de astronomía. Tras una hora de observación lograron dar con el planeta, apenas desviado del lugar calculado por Le Verrier. Si bien esa noche fue observado, recién la noche siguiente se confirmó que era un planeta, ya que se movió respecto a las estrellas, que siempre conservan su posición relativa.
Cuando se publica la noticia del descubrimiento aparece el reclamo del Director del Observatorio de Greenwich, George Airy, diciendo que un colega suyo de su misma nacionalidad, John Adams, ya había descubierto ese planeta un tiempo antes. Entonces Inglaterra y Francia se disputaron el descubrimiento del nuevo astro, desatando lo que hoy conocemos como conflicto diplomático. Para conciliar ambas partes. la historia terminó por unir el nombre de Le Verrier con el de Adams, y durante mucho tiempo se consideró que el descubrimiento fue compartido si bien ellos dos nunca llegaron a conocerse.
Los últimos documentos descubiertos por los historiadores hacen creer que John Adams en realidad se interesó en la búsqueda del hipotético planeta pero no supo dar a conocer sus resultados, y que cuando Francia comunicó al mundo su hallazgo, George Airy hizo lo imposible para atribuir el descubrimiento a Inglaterra.
En fin, el nuevo planeta había sido observado por primera vez en Alemania, por Galle ¿Cómo se llamaría este nuevo integrante del Sistema Solar? Desde Francia se sugirió llamarlo "Le Verrier", como no podía ser de otro modo. Desde Inglaterra "Océano".
Observatorio de Berlín en la actualidad
Finalmente, antes de fin de año, ya se había aceptado formalmente el nombre de Neptuno, el dios romano del mar, para continuar con la tradición de usar nombres mitológicos.
Planeta Neptuno
Datos de Neptuno
En este link se puede leer completísima información sobre la historia de Neptuno: http://axxon.com.ar/rev/146/c-146Divulgacion.htm