Valle Grande 2016

Por Alva Rodríguez

He tenido la suerte de volver a Valle Grande, para participar de las charlas y conferencias  que llevaron adelante doctores, profesores, ingenieros y amateurs, sobre diferentes temas de astronomía, física, matemática, historia, óptica, fotografía astronómica, literatura espacial, etc.

Hotel Valle Grande al anochecer

En el Star Party del Sur Mendocino, en Valle Grande, gracias a Jaime García y el Instituto Copérnico, todos los años nos reunimos para intercambiar conocimientos y experiencias sobre astronomía, además de disfrutar de las bellezas diurnas del paisaje natural del Río Atuel, y de las bondades del hotel resort que nos recibe, incrementadas por la excelente atención de los anfitriones. Y por las noches, podemos apreciar un cielo de delirio. Pero este año, en los días previos al tránsito de Mercurio, se mostró hostil con nosotros, quienes viajamos hasta allí ávidos de estrellas, cúmulos, nebulosas y luces cósmicas. Durante el día las charlas fueron interesantísimas sobre planetas, galaxias, ondas gravitacionales, agujeros negros, vientos estelares, sismología de estrellas enanas blancas, y otros temas. Y por las noches, en remplazo de la observación se  llevaron a cabo encuentros de camaradería y charlas sobre temas muy variados.

 Jaime García junto a Rafael Girola

Presentación de la charla de Rafael Girola

Nuestro compañero de viaje, Rafael Girola de EnDiAs, estuvo a cargo de la primera charla, la cual estaba relacionada con lo que observaríamos la primera noche. Se trataba de diferenciar los astros desde lo visual y desde el código de líneas espectrales. Pero el tiempo no nos acompañó, y las nubes estuvieron presentes todas las noches.

Rafael Girola, Alva Rodríguez, Carlos Lucarelli, Joaquín de la Rosa

Quiero destacar la presentación del libro “Los Caminos Del Tiempo” de Andrea F. Costa, quien escribiera su obra en colaboración con el Dr. Jaime García, y del inefable y muy apreciado, Sebastián Musso. En dicho libro, la astronomía, los calendarios y los relojes, comparten un largo camino de historia y evolución en común, porque desde  siempre, hemos ordenado el tiempo según los movimientos de los astros. El libro narra la desafiante aventura de la búsqueda de una acertada medición del tiempo, en la que agricultores, astrónomos, antiguos sacerdotes, navegantes, artesanos y monjes medievales, a los que hoy se unen matemáticos y físicos, han enlazado sus esfuerzos. Es un libro de amena y ágil lectura, interesante, atrapante, novedoso y didáctico, tanto para adolescentes como para jóvenes y adultos.

Les cuento otra noticia sobre un proyecto que se está gestando en Mar Del Plata. Se trata de un parque astronómico frente a la laguna de los padres, a 22 km del Centro de la ciudad. Allí convivirán un reloj analémico, un cuadrante, una esfera armilar, una carta celeste, una rosa  de los rumbos, un lunario y un globo terráqueo. 

A propósito de relojes de sol, que son instrumentos usados desde tiempos muy remotos con el fin de medir el paso de las horas, Héctor Gutiérrez Forsat ofreció una charla sobre los relojes de sol que él mismo ha diseñado e instalando en diversos puntos de Argentina, como por ejemplo en la plaza San Martín y en el Museo Histórico Militar de San Rafael, en el Planetario de Malargüe y en la ciudad de Mendoza. 

Entre las conferencias llamativas  y asombrosas, resalto la que se refirió a exoplanetas, ya que, según lo manifestado por la disertante Lic. Romina Miculan, IALP-CONICET FCAG, el número de los mismos crece a pasos agigantados. Recordemos que se denomina exoplaneta o planeta extrasolar, a cualquier planeta  que orbita una estrella diferente al sol y que por lo tanto, no pertenece a nuestro sistema solar.  51 Pegasi B, fue el primer  planeta descubierto en 1995, en órbita alrededor de una estrella similar a nuestro sol, a 50 años luz de distancia de nosotros. Se encuentra en la constelación de Pegaso y es un júpiter caliente, o sea, un planeta gaseoso con altas temperaturas. Se conocen exoplanetas que tienen uno, dos y hasta tres soles. También existe una extraña  clase de objetos del tamaño de planetas que no tienen ningún sol alrededor del cual moverse, y flotan sin ataduras  a través del espacio.  Se los llama “planemos” y son más pequeños que las estrellas enanas marrones.

Carlos Lucarelli, Alva Rodríguez, Omar Curcio, Joaquín De La Rosa, Rafael Girola

Otra charla muy interesante es la que llevó a cabo el ingeniero Pablo Gonzalez, quien disertó sobre la dificultad de habitar MARTE. Esta empresa requiere un gran esfuerzo, mucho tiempo y un costo monetario, que pocos país pueden afrontar. Solo tomando en comparación los tiempos con un viaje a la Luna, que se puede realizar en dos días, y toda la misión, en una semana, para viajar 100 millones de Km, a Marte se tardarían meses. Con los peligros que eso implica para la tripulación, llamese alimentación, exposición a la radiación, stress por un hábitat reducido, etc.

Para los que nos agrada hacer turismo por el universo, recordemos que el mismo está poblado de galaxias, muy variadas y diferentes, todas únicas, como cada uno de nosotros. Se estima que existen más de cien mil millones de galaxias observables. Están formadas por polvo, gases y estrellas; el número de estrellas puede variar pero como mínimo una galaxia típica tiene 100 mil millones de estrellas. Nuestra galaxia la Vía Láctea mide más de 100 años luz de diámetro. La galaxia más próxima a la vía láctea, se llama Andrómeda (M31), y se encuentra a 2,5 millones de años luz y mide 200 mil años luz de diámetro. La primera referencia existente sobre Andrómeda, data del año 961 y fue realizada por el astrónomo persa Azophi; en su “libro de las estrellas fijas”, la describe como una nube pequeña en la constelación de Andrómeda. Existen galaxias que superan 50 veces el tamaño de la nuestra. Entre las galaxias, el espacio está compuesto por un gas tenue cuya densidad no supera  un átomo por metro cúbico. Realmente son números que nos dejan atónitos.

 Jaime Garcia dando inicio al sorteo como todos los años

Los temas apasionantes que se disertaron en esos días en valle grande, nos incentivan para continuar con las observaciones al cielo, aunque por el  cambio climático que sufrimos en nuestro planeta, debemos esperar algún tiempo, además de buscar lugares alejados de las ciudades, que están invadidas por la contaminación lumínica producida por diversos gases que ascienden a la atmósfera y al reflejar las luces de las ciudades, imposibilitan la observación a simple vista. Cualquiera que viva en una ciudad, sabe que el acto de mirar hacia arriba en la noche en busca de estrellas, deriva en una casi total decepción. Sólo se divisan las que más brillan. Que la contaminación lumínica nos oculte las estrellas, es también un tema de carácter social, cultural y ambiental, algo sobre lo que debemos estar atentos para conservar el derecho a ver nuestro cielo.

Esperemos en 2017 poder estar allí nuevamente, para compartir con los anfitriones, que año tras año nos sorprenden con tan interesantes invitados y actividades.

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